Sacerdote católico: “Ningún presidente o funcionario de salud puede dictar lo que ponemos en nuestros cuerpos”

La religión natural y el ecumenismo global

El siguiente planteo se desarrolla uniendo las teologías de San Pablo, San Agustín y Santo Tomás de Aquino.
La religión natural es buena pero no salva, lleva al hombre caído a realizar algunas acciones buenas como el culto a Dios y la oración pero no siempre y no de manera perfecta y estas acciones humanas no son meritorias en el sentido de sobrenaturales por carecer el que las lleva a cabo del organismo sobrenatural de la gracia y de las virtudes cardinales y dones del Espíritu Santo que el mismo supone.
El primer Adán al ser creado fue creado en gracia de Dios y con ese organismo sobrenatural de la gracia desarrollado, era inmortal y sabio cuando pecó y su pecado fue rechazar su naturaleza de creatura y querer por sus medios ser Dios con esa acción y sabiendo el hombre, como enseña Santo Tomás de Aquino, y sabiendo también el demonio de que la Creación suponía la encarnación de Cristo al pecar contra Dios consintió dar muerte a Cristo de allí que todo pecado prepara el deicidio de Cristo que Jesucristo transformó en sacrificio para la salvación de muchos.
En todo lo anterior no me separo un ápice de lo que dice Santo Tomás de Aquino en el sentido de que el demonio y los primeros hombres conocían que Cristo debía encarnarse y constituir la cumbre de la Creación y lo supieron los primeros hombres, dice, por el sacramento del matrimonio.
Romano Guardini habla de un pecado original originante y de un pecado original consumado en el deicidio de Jesucristo y lo mismo dicen otros autores en el sentido de que todo pecado mortal es contra Dios y contra Cristo y prepara el deicidio de Cristo y los pecados posteriores lo confirman y se persigue a la Iglesia por causa de Cristo y como dijo David “contra Dios sólo contra Dios he pecado” porque de lo contrario Dios no podría ni debería perdonar los pecados de los hombres, perdona los pecados de los hombres porque todo pecado mortal está dirigido contra Dios de manera mediata o inmediata.
La consecuencia del pecado de los primeros hombres fue un pecado original que se trasmitió a la descendencia por el cuál todo hombre que nace no lleva ya consigo el organismo sobrenatural de la gracia sino que nace sin él y, por ello, y por cierta debilidad en el cuerpo fruto de la ausencia de la gracia nace en pecado, es decir, no nace ordenado a Dios sino a las creaturas, mortal y como le falta ese organismo sobrenatural de la gracia desarrollado nace ignorante y con debilidades en lo concupiscible e irascible.
El hombre sin el organismo sobrenatural de la gracia desarrollado es un hombre caído que puede llevar a cabo ciertas acciones buenas pero no siempre y no de manera perfecta.
Si tenemos en cuenta de que el hombre es un animal político y que el que gobierna la sociedad se ve expuesto a sobrenaturales tentaciones y afirmamos que el gobernante es el que de manera mediata o inmediata ordena por las leyes a los hombres al bien común político y que hay alguien que debería ser bueno en el sentido de justo, prudente, fuerte y templado, o sea, santo y ese es el gobernante porque no hay mayor desgracia en este mundo que un gobierno injusto y que el poder absoluto corrompe absolutamente comprenderemos que San Agustín nos dijera que todos los imperios anteriores eran verdaderos latrocinios y que la Iglesia intentara establecer una Espada Espiritual sobre la Espada Temporal para que los gobernantes que no fueran santos pudieran ser corregidos por una santa institución creada de manera sobrenatural a los fines de la evangelización y la salvación de los hombres, para que las costumbres sean buenas y la sociedad progrese en el amor y en lo espiritual.
¿Qué sucede con la religión natural? Como dijimos la religión natural no salva puede permitirle al hombre hacer algunas acciones buenas como dar culto a Dios pero no siempre y no de manera perfecta pero por la religión natural no se puede conocer a Dios.
Afirmamos que por la religión natural, por el sentido común y por la metafísica no es posible conocer a Dios sólo es posible llegar a conocer un Primer Motor Inmóvil, sólo se puede llegar a conocer que existe ese Primer Motor Inmóvil pero de allí no puede deducirse nada con respecto a las creaturas y su relación con el Creador. Se puede saber que hay que rendirle culto a Dios y hacer oración pero no mucho más.
Por supuesto que la religión natural, el sentido común y la metafísica sirven para explicar que la fe no es algo absurdo y que la revelación no es algo absurdo pero no puede el hombre saltar desde la razón hasta la fe e incluso conociendo la revelación no es un salto que puede dar el hombre y ello lo vemos en todo proceso de conversión pues el hombre se encuentra impotente para creer encuentra todo razonable como señala san Agustín pero no puede creer hasta que Dios le infunde de manera informe la fe y la esperanza, esa misma fe y esperanza informes que quedan en el hombre que ha cometido un pecado mortal para que rectifique su conducta y vuelva a la comunidad de creyentes.
Pero incluso esa primera fe y esperanzas informes en el converso son un mérito que no es merecido y que la da Dios cuando quiere y no puede el hombre conseguir a base de voluntad y de razón esa fe y menos aún la fe, esperanza y caridad que recibe luego del bautismo. Con lo que ni siquiera con la revelación el hombre puede por si mismo salvarse y aspirar al organismo sobrenatural de la gracia, no basta la Sagrada Escritura es necesario la Iglesia y el Magisterio y en la Iglesia está Cristo que salva.
Con esta religión natural llegamos a un Dios que está en gran medida ausente del mundo, con la sola razón no podemos saber por qué Dios ha creado al hombre y para qué lo ha creado, ni tampoco podemos saber que Dios quiere salvar al hombre y por qué quiere salvarlo y estas dos cosas no podemos conocerlas por la razón por la sencilla razón de que no son necesarias.
No era necesario que Dios creara al hombre así que si desde las creaturas podemos llegar a conocer al Creador de manera necesaria y partiendo de lo contingente no podemos hacer lo contrario es decir de lo necesario no podemos deducir el motivo por el que Dios ha creado lo contingente, no podemos saber los motivos por los que Dios nos ha creado porque no son motivos necesarios porque no era necesario que hubiera una Creación y que el hombre fuera creado.
Es lógico suponer que si nos ha creado debemos darle gracias por habernos creado y darle culto y hacer oración pero de allí no podemos llegar a ningún otro conocimiento más.
Para Aristóteles y para la religión islámica Dios ha dejado en manos de los hombres la Creación y parece que lo único que quiere Dios según Aristóteles es culto y oración y según la religión islámica (y como Santo Tomás de Aquino dijo que había cuestiones que no siempre podían conocer todos y no de manera segura y no sin grandes errores si no le fuera revelada la Verdad) nos encontramos que el primer mandato de esa religión que es matar el infiel y realizar la guerra santa hasta que todos den culto a un Dios cuyo profeta sería Mahoma que es lo único que exige ese Dios y que contrasta con el mandamiento de no matarás inscripto en la conciencia de los paganos con lo que por allí se encuentra una verdadera obstrucción a la comprensión de la ley natural y un proceso por el que la mala conciencia y el pecado genera consecuencias insospechadas.
Como dijimos el hombre por medio de su razón no puede conocer por qué fue creado y para qué fue creado y no puede conocer Quién lo creó en el sentido de Quién es ese Dios y qué pide de él.
Pero ello porque si desde las creaturas se puede llegar conocer a un Creador no se puede desde lo necesario conocer el motivo o la causa por el que de lo necesario se creó lo contingente.
Pero como señalamos con anterioridad no sólo Dios nos creó para manifestar su amor y la cumbre de su Creación es la encarnación del Verbo sino que sin el organismo sobrenatural de la gracia el hombre no puede ordenarse a Dios como es debido.
Adán al pecar transfirió a su descendencia el hecho de que Dios creara el alma humana de nuevo ser sin incorporarle el organismo sobrenatural de la gracia desarrollado, este organismo sobrenatural de la gracia tenía una función y era ordenar la creatura a Dios de manera que el hombre necesita de las virtudes sobrenaturales, entre ellas, fe, esperanza y amor y de los dones del Espíritu Santo entre otros elementos de este organismo sobrenatural de la gracia para ordenarse a Dios y, también, para injertarse en Cristo.
Así las virtudes humanas de un hombre caído deben crecer como los dedos de una mano, todas a la vez, pero para que crezcan las virtudes humanas y, en especial, la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza no puede ello darse sin la gracia de Dios porque el hombre no puede mantenerse en la virtud por mucho tiempo sin el auxilio de la gracia.
Con lo que vemos que un hombre que no posee el organismo sobrenatural de la gracia es un hombre caído o si lo posee en germen y de manera poco desarrollada es un católico iniciado si ese hombre caído o católico iniciado padece vicios el organismo sobrenatural de la gracia no va a poder desarrollarse salvo intervención milagrosa de Dios pero Dios quiere la colaboración del hombre en la obra de salvación y Dios no anula con lo sobrenatural lo natural sino que trata al hombre con magna dignidad así que respeta si la voluntad del hombre es condenarse o salvarse.
Pero la voluntad el hombre no es lo principal para que el hombre se salve, lo principal es la voluntad divina de salvar al hombre por lo que ni el primer mérito puede ser merecido ni la predestinación final puede ser merecida.
El hombre no puede por su voluntad, su inteligencia y sus pasiones llegar a Dios, el hombre sólo o en comunidad no puede salvarse a sí mismo ni en lo intrahistórico o histórico ni en lo extrahistórico y como no puede ordenarse a Dios ni ordenar la Creación a Dios sin la ayuda de Dios al no recurrir a dicha ayuda no junta sino desparrama y destruye no sólo la Creación sino su misma naturaleza humana. El organismo sobrenatural de la gracia es el que le permite al hombre aspirar al Cielo y no puede el hombre conquistarlo ni en base a la voluntad ni en base a la razón.
Expliquemos esto más detenidamente para que se entienda con claridad el hombre en el estado de naturaleza caída o en pecado y al estar privado del organismo sobrenatural de la gracia no puede salvarse. Al intentar salvarse a sí mismo por medios naturales cae en distintos gnosticismos racionalistas, volitivos y emocionales que reiteran el pecado de Adán de querer ser como dioses sin tener en cuenta la voluntad divina.
La primera rebelión se reitera en la historia de la humanidad en la Babel terrenal y en la búsqueda de construir una Babel celestial, el intento de construir el paraíso en la tierra, las ideologías que prometen al hombre la salvación en lo histórico o intrahistórico sin necesidad de Dios construyen distintos imperios que son las Bestias de Daniel y el imperio del Anticristo será el último intento del hombre de salvarse a sí mismo sin necesidad de Dios.
Toda construcción puramente laicista está impregnada de este gnosticismo y de la rebelión original de no servir a Dios propias del demonio y de Adán y Eva y su descendencia. Esto se lee con claridad en la parábola de los arrendatarios a los que el Señor primero envió mensajeros que fueron los profetas y luego envió a su Hijo diciendo no se atreverán a matarlo pero ellos dijeron matemos al Hijo y nos quedaremos con la tierra.
Entonces, como ha existido una segunda Creación tan importante como la primera y, por la cual, Dios con una segunda Eva y un segundo Adán transmite a través de la Iglesia el organismo sobrenatural de la gracia y no sólo ese organismo sino a Cristo mismo en la Eucaristía y a Dios de manera que la Santísima Trinidad more en el hombre en la medida en que él forme parte de la Iglesia y se santifique, a esta segunda Creación no puede llegarse por medio de la razón porque que Dios salve al hombre luego del pecado no es algo necesario y no puede deducirse de manera necesaria y por la razón humana de lo que es pura misericordia de Dios aunque sin que esta misericordia en la forma en que intenta inculturar de Cristo todas las cosas exija menos de la Justicia divina y del respeto de los mandamientos y de la ley natural sino que exige la formación de una cultura católica, una civilización cristiana y gobiernos católicos.
Con lo que vemos que el hombre dejado a sí mismo y sin la gracia de Dios no puede salvarse y si quiere de la religión natural o desde la razón, la voluntad o las pasiones intenta salvarse lo que hace es crear gnosticismos volitivos, racionalistas y emocionales que forman falsas religiones, falsas filosofías y ciencias, ideologías, etc. reiteran el pecado de los primeros hombres y lo pierden aún más porque constituyen estructuras del pecado y del vicio de las que es muy difícil salir e inculturan de maldad y de bajezas todo lo que pueden.
Con lo que el hombre para conocer necesita de la razón y de la fe y si separa ambas vuelve a caer en el pecado de los primeros padres, necesita de la naturaleza y de la gracia, necesita de las verdades naturales pero también y mucho más de las verdades reveladas.
De allí que el hombre cuanto alejado de Dios y desconociendo a Dios que se ha revelado intenta salvarse, intenta ser como dioses, desconoce su naturaleza de creatura y aspire a una naturaleza que no posee (naturaleza divina) por medios sólo humanos.
Este hombre que se rebela contra Dios que no obedece que lucha contra Dios y aspira a darle muerte a Dios y a su Iglesia y a construir su vida sin tener presente la voluntad divina construye en la historia grandes imperios que son mencionados por Daniel como grandes Bestias y las Bestias finales que construirá ese hombre caído serán la Bestia de la Tierra (religión global ecuménica) y la Bestia del Mar (poder político global) que deberá ser tiránico o comunista y ejercer un control sobre la población.
La única forma que poseen los hombres de sentirse dioses es decidir sobre otros hombres como si fueran, estos últimos, bestias así aparece en la masonería y en la cábala la idea de hombres dioses gobernando hombres esclavos con alma de animal. Egipto tuvo al faraón, la Roma pagana su Cesar y el gobierno global tendrá a su dios que se sentará en el Templo de Dios y se hará llamar dios, su Anticristo.
Por lo que el hombre en tanto intente desarrollar soluciones de índole humana sino ordenarlas de acuerdo con la verdadera religión y sin unir razón y fe no sólo construirá gnosticismos sino que por ellos en su intento de salvarse sólo reiterará el pecado de los primeros hombres y preparará no sólo crisis en la Iglesia y sino crisis políticas y los cimientos para el gobierno mundial del Anticristo porque los pecados mortales después de Cristo que van contra la Iglesia de Cristo y contra Cristo preparan el Apocalipsis de la misma manera que los pecados mortales anteriores a la primera Venida prepararon el deicidio.
Alberto Ramón Althaus