Viganò responde a Il Giornale: Usted hace desinformación sobre el suero y la Iglesia
Desde que los periódicos del área de Berlusconi (Libero e Il Giornale, en particular) han abrazado la causa de las Big Pharma, las redacciones se han movilizado totalmente. He aquí la respuesta de Monseñor Viganò. ¡Santa lectura!
Vicente Montesinos
Queridos hermanos de Adoración y Liberación. Recibimos y publicamos con gusto la respuesta que el arzobispo Carlo Maria Viganò ha enviado a Il Giornale, que el domingo había publicado un artículo con la firma de Francesco Boezi, titulado “El gol en contra tradicionalista sobre las vacunas”. Desde que los periódicos del área de Berlusconi (Libero e Il Giornale, en particular) han abrazado la causa de las Big Pharma, las redacciones se han movilizado totalmente. He aquí la respuesta de Monseñor Viganò. ¡Santa lectura!
15 de noviembre de 2021
Estimado Doctor Boezi,
Su artículo en Il Giornale, “El gol en contra tradicionalista sobre las vacunas”[1], [1], publicado el domingo 14 de noviembre, me contó entre los “no vax de la Iglesia”. Veo que usted también comienza con una trompeta, estampándome una etiqueta que no me corresponde: primero, porque la de Covid19 no es una vacuna, sino un suero génico experimental, y luego porque, habiendo pasado varios años en África, me he sometido varias veces a verdaderas vacunas antes de visitar aldeas afectadas por epidemias.
Por lo tanto, usted también se alinea con la “criminalización del disenso”, pero añadiendo un interesante paralelismo, que suscribo: quienes están en contra del relato pandémico están también en contra del rol de Bergoglio como profeta del Gran Reinicio. Este elemento, según su modo de ver, invalidaría todo el frente “tradicionalista”, dejando el campo libre al “progresista”, cuando en cambio confirma -y esto es lo que le molesta a usted- su coherencia al identificar la misma matriz subversiva tanto en las limitaciones de las libertades constitucionales del Pase Verde como en la propaganda bergogliana a favor del suero génico, indicándolo incluso como un “deber moral”.
Su valoración no entra en el fondo ni de la validez de los argumentos esgrimidos respecto a la emergencia pandémica y la campaña de vacunación, ni de la derivación doctrinal, moral y disciplinaria del actual “pontificado”. Usted da por descontado el relato pandémico, la eficacia de un suero génico experimental con gravísimas implicaciones morales y la absoluta ortodoxia de Bergoglio. Según usted, “inclinarse por las teorías anticientíficas y conspirativas, sobre todo a la luz de la eficacia probada de las vacunas contra el Covid19, conlleva consecuencias”, a saber, la expulsión del “componente tradicional” -que sería correcto llamar católico tout court– de la vida de la Iglesia, una vez que termine la pandemia; un significativo paralelismo con lo que ya está ocurriendo en el ámbito civil.
Lo que usted denomina “eficacia probada de las vacunas contra el covid19” queda desmentida por la reducción diaria de la inmunidad que supuestamente deberían proporcionan; lo que usted define como “teorías anticientíficas y conspirativas” son el resultado de la investigación de distinguidos científicos, entre ellos el propio inventor de la tecnología del ARNm, el doctor Robert Malone; y lo que usted etiqueta como “conspiración” es en realidad un proyecto declarado públicamente por el Foro Económico Mundial de Klaus Schwab y la Agenda 2030 de la ONU. Me asombra su labor de desinformación sistemática, que delata una absoluta incompetencia profesional, sin excluir una lúcida mala fe.
También me gustaría subrayar la suposición según la cual los “conservadores” y los “tradicionalistas” deben hacer un cálculo puramente político y de conveniencia para convencerse de apoyar el relato pandémico, para no ser quedar excluidos ante la abrumadora victoria del frente “progresista” que ha abrazado las tesis oficiales. Pero estas, querido Boezi, son sus preocupaciones o las de quien ha inspirado su artículo, ciertamente no las mías. Para este “frente conservador”, el hecho de que Benedicto XVI se haya vacunado debería ser suficiente para demostrar la fiabilidad de la posición sugerida por los “moderados”, por ejemplo, con las debatibles tesis sobre la licitud moral del suero génico expresadas por algunas publicaciones recientes del ámbito “conservador”, en clara oposición a las afirmaciones de la Encíclica Caritas in veritate. Veo que una vez más no se duda en instrumentalizar al Emérito.
Esta valoración revela precisamente esa mentalidad mundana y secularizada que ha llevado a la cúpula de la Iglesia a entregarse a una mediocritas, una vía intermedia democristiana, irreconciliable con la fidelidad al Evangelio. En cuestiones de Fe y Moral, no es posible servir a dos señores, regateando la Verdad Católica en nombre del compromiso; menos aún, cuando tan escuálida actitud se basa en el miedo a perder poder y credibilidad frente a una mentira que, por muy extendida y repetida, no por eso se convierte en verdad. En esencia, usted sugiere hacer un cálculo político oportunista, dando por descontado el éxito de la vacunación, la ausencia de efectos adversos e incluso letales del suero génico, y la inexistencia de un plan global que utiliza la pandemia para instaurar un régimen totalitario. Y me parece poco halagüeño que se considere a estos “conservadores” dispuestos a ceder a argumentos tan bajos sólo para conservar un poder efímero y totalmente marginal, en un momento en el que hay que tomar partido sin equívocos.
Entre los “moderados” hay, por desgracia, algunos oportunistas, que a veces son incluso los primeros en acusar a los “tradicionalistas” -y yo entre ellos- de alimentar la “conspiración y las intenciones ocultas”. Pero estas mezquinas acciones, lejos de conferir autoridad o credibilidad a un asunto indemostrable, son ya evidentes para quienes todavía ejercen un juicio crítico y no se venden a los defensores de la agenda globalista por miedo a privarse de sus beneficios. Una agenda, cabe recordar, que es intrínsecamente anticristiana y anticrística, que se vale de la colaboración de la cúpula de la Jerarquía y de su jefe, alistado como vendedor de vacunas y partidario del ecologismo neomaltusiano, precisamente por reconocerlos como aliados, confirmando la traición que aflige al cuerpo eclesial.
Debe ser esta inquietante alianza de la corrupta Jerarquía eclesiástica con los enemigos de Dios lo que debe desconcertar, con el agravante de estar motivada por las cortesías y no por el bonum commune para el Estado y el salus animarum para la Iglesia. Poco importa “qué tipo de peso político tendrán los que han propagado el antivacunismo”, o que “la voz de los vencidos se debilite si no es directamente tachada de caricaturesca”, también gracias a su contribución y a la de los autodenominados conservadores ya ampliamente desenmascarados: la Verdad, que es un atributo de Dios, ya está emergiendo a pesar de la censura tenaz del mainstream. Los que se han sometido al sistema por razones de oportunismo demuestran que piensan que los demás son tan corruptibles como ellos y están dispuestos a venderse al amo de turno, y eso ya los califica. El verdadero gol en contra, estimado Boezi, fue el suyo, demostrando que desconoce la índole de los católicos tout court, ciertamente no dispuestos a hacer un mercado de sus principios.
Le ruego que publique esta carta mía lo antes posible, dándome la oportunidad de responder a su artículo, como corresponde a un diario que se declara respetuoso del libre intercambio de ideas.
Con todo respeto,
+ Carlo Maria Viganò, Arzobispo

FELICITACIONES Y GRACIAS A DIOS X PERMITIRNOS TENER AUN EN ESTOS TIEMPOS TAN EXCELECTES OBISPOS Q DEFIENDEN NUESTRA TRADICON EN LA IGLESIA Y SOBRE TODO AYUDARNOS A DISCERNIR EL COMPLOT Q HAY EN NUESTRA IGLESIA PARA DESFIGURARLA.Y DEJARNOS A LOS FIELES INDEFENSOS Y SIN ARGUMENTOS PARA DEFENDERNOS DEL MALIGNO. DIOS Y LA VIRGEN LOS BENDIGAN
No. La “criminalización del disenso” es connatural a un régimen que estableció Lenin y aplicó hasta sus últimas consecuencias Stalin. Es el GRAN TERROR o el proceso de exterminar a todo disidente y no disidente con Purgas masivas, de la que no queda exenta la misma Iglesia Católica Apostólica, la de Jesucristo Nuestro Señor, excluido de su Iglesia por los que ya no son humo de satanás, sino llamas infernales encarnadas. Que le quede bien claro a todo católico. Está plenamente explicado en el libro del Apocalipsis referente a la persecución que sufriría todo el que no se ponga la marca de la Bestia (en mano, para comprar y vender (trabajar), y en frente, es decir, en mente mundana alejada de Dios y que no confía en Dios, honrando solo con los labios su Santísimo Nombre).
Y el deber moral de todo católico es amar a Dios por encima de todos y todo, confiarlo todo a Él, vida, alma, corazón, etc. El deber moral incluye orar, mortificarse, llevar la cruz, soportar la persecución y las tribulaciones, ofrecer sacrificios y trabajo a Dios y la labor propagandística, evangelizadora y apostólica. Y, en esta carta, Mons. Viganó, cumple con su deber de hijo de Dios y ministro suyo en calidad de Arzobispo.
No se bautiza en el nombre de Bergoglio, no se predica en nombre de Bergoglio, ni hay evangelio de Bergoglio. Bergoglio no ha sufrido pasión, ni ha sido crucificado ni ha derramado su sangre por la salvación de las almas, ni ha resucitado. Bergoglio no es Dios, en quien CONFIAMOS y a quien adoramos en exclusiva. Jesús, en Ti confío. Sagrado Corazón de Jesús, en Tí confío. Inmaculado Corazón de María, ser la salvación mía. Y confiamos mucho más cuanto más mentiras y más desesperadas sean las que vomita la estirpe de la raza de satanás, enloquecida de odio a Dios y sedienta de llevar almas al infierno con sus MENTIRAS interminables. Bergoglio confiará en la política y en el marxismo y ecologismo y en la marca de la bestia inyectable. Los católicos confían en Jesucristo, Dios verdadero, y en su Santísima Madre, la Virgen María, que es Reina de Cielos y Tierra y no una “mujer cualquiera”. Es la Madre de Dios y Nuestra queridísima Madre también. ¿Acaso se nos va a intentar obligar confiar en la hechicería mal llamada “ciencia” que pretende reducir la población porque contamina mucho?
Excelente carta, Monseñor Viganó. Que Dios le bendiga y proteja. Esto sí, campañas políticas no, Monsen.
Por cierto, señores de AyL.
Por la viña del Señor hay viñadores homicidas, hijos del que es homicida desde el principio, Príncipe de este mundo y padre de la mentira, que afirman que hay que “HACER LA VIDA IMPOSIBLE” a los que no nos inyectemos la marca de la bestia sin la que no vamos a poder comprar ni vender. Parece ser que la finalidad de la inyección (vacuna no es, porque no protege de nada, al revés, como bien nos informa Mons. Viganó, debilita el sistema inmunitario natural, por eso tercera y más dosis, hasta que debiliten tanto a los marcados que no puedan ni resistir un leve catarro) no es salvarnos la vida, porque si tal fuera la finalidad de la marca de la bestia mal llamada “vacuna”, no se nos asesinaría por otros medios “haciéndonos la vida imposible”. ¿Se dan cuenta del engaño y de la estima que nos tienen los que “nos quieren hacer la vida imposible” por no ponernos la marca de la bestia sin la cual no se va a poder comprar o vender (el pasaporte covid, le llaman, los endemoniados)?
Necesitamos pedirle a Nuestro Amadísimo y Buen Señor Jesucristo capacidad de discernimiento, pues como muy brillantemente afirma Mons. Viganó, estamos “en un momento en el que hay que tomar partido sin equívocos”.
QUIS UT DEUS?… y no ¿quién como la “vacuna” (contra la eterna salvación)?