NUEVA SERIE EN LA WEB. FUNDAMENTAL. «EL PODER DE LA ORACIÓN Y LOS SACRAMENTALES PARA LOS ÚLTIMOS TIEMPOS». Capítulo 4. El Poder de la Señal De la Cruz
Les traemos con este artículo el capítulo 4 de la serie «El poder de la oración y los sacramentales para los Últimos Tiempos», donde Sylvia Zamora, Responsable de Oración, formación y espiritualidad en el Consejo Directivo de esta casa, nos va desgranando este tema de fe y protección espiritual tan importante en los tiempos que estamos… y en los que vienen, describiendo además al detalle los más importantes y necesarios sacramentales. Como saben, Adoración y Liberación da una importancia suma a la protección espiritual; y a los Corazones Sagrados de Jesús y de la Santísima Virgen Maria, Corredentora del género humano, en los cuales se hallan los más importantes de los Refugios. Disfruten; aprendan; compartan. ¡Oren! Dios me los bendiga. Vicente Montesinos.
Acceso al Capítulo 1: ¿Qué nos dice la ciencia?
Acceso al Capítulo 2: ¿Qué nos dice la Palabra de Dios?
Acceso al Capítulo 3: Los sacramentales delagua, aceite y sal benditos
Acceso al Capítulo 4: El poder de la Señal de la Cruz
«EL PODER DE LA ORACIÓN Y LOS SACRAMENTALES PARA LOS ÚLTIMOS TIEMPOS».
Capítulo 4. El poder de la Señal De la Cruz
Por Sylvia Zamora
4.1_ LA CRUZ REDENTORA
La Cruz es el signo de los cristianos, signo de victoria sobre el pecado y la muerte, es el signo de salvación con el que Dios hecho hombre derrotó a Satanás y a su vez es la señal de los discípulos de Nuestro Señor Jesucristo.
Mateo (10_38):
“El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de Mí”
Mateo (16_24):
“Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a si mismo, cargue con su cruz y sígame”
En ella nuestro Señor nos da la mayor prueba de amor que jamás se ha dado al mundo.
San Pablo distingue dos grupos los que se pierden y los que se salvan.
Para los que se pierden la cruz es necedad y locura, para los que se salvan la cruz es el poder de Dios, así la cruz se convierte en camino para la Gloria. Pues en ella estuvo el Señor Crucificado.
Pero quién crucificó realmente a Cristo fue nuestro pecado y fue llevado a ella sin mancha alguna ni contaminación.
En ella sufrió un martirio indescriptible, que Él, aceptó por amor para salvarnos y redimirnos.
“El ha sido herido por nuestras rebeldias, molido por nuestras culpas” Is (53,5)
Nuestro Señor pasó por la muerte en cruz para salvar al mundo, y todo cristiano debe cargar su cruz.
Cuando nos faltan las fuerzas y miramos a la cruz, recuperamos el valor, para poder continuar caminando a Su lado.
San Agustín dijo:
“Él hizo con nosotros este admirable intercambio: tomo de nuestra naturaleza la condición mortal y nos dio de la suya la posibilidad de vivir.Al tomar de nosotros la muerte, que en nosotros se encontró, nos prometió, con toda fidelidad, que nos daría en sí mismo la vida que nosotros no podemos llegar a poseer por nosotros mismos”.
En la cruz nace la vida, la vida del amor de Dios, y ese amor se ha revelado totalmente en la cruz dónde acepto morir para salvar al hombre.
4.2_ LA CRUZ SANADORA
Con el signo de la cruz se vence a los demonios en los exorcismos y se vencen las tentaciones del mundo.
San Atanasio, dice que quién invoque el nombre santo de Cristo verá huir a los demonios.
Los cristianos bendecimos con el signo de la cruz.
Numerosos santos nos demuestran el poder de la Santa Cruz con la que vencieron tentaciones, ganaron batallas, e hicieron alejarse inmediatamente al demonio al hacer la señal de la cruz.
Entre ellos Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, San Antonio María Claret, San José de Calasanz, Santo Padre Pío…entre muchos más
Es de gran importancia para la vida del cristiano hacer la señal de la cruz. En momentos difíciles la tenemos como ayuda pues tiene gran poder.
Es la señal de nuestra fe, qué muestra quién eres y en qué crees, es el resumen del Credo, es la señal que te recuerda que Cristo murió por amor y nombramos con ella al Padre al Hijo y al Espíritu Santo.
El nombre del Padre que me ha creado, el nombre del Hijo que me ha redimido, el Espíritu Santo que me santifica y me ayuda a actuar como hijo o hija de Dios.
Este signo es la señal de la consagración de toda mi persona, y es en sí misma fuente de innumerables gracias, la mejor forma de iniciarse y prepararse para ir a la oración.
Los exorcistas usan el signo de la cruz para proteger a las personas diciendo
” ECCE CRUCEM DOMINE, FUGITE, PARTES ADVERSAE”
“ESTA ES LA CRUZ DEL SEÑOR, HUYAN CUÁNTOS SE OPONEN A ELLA”
Es importante también usar la medalla de San Benito cómo sacramental cuando está bendecida por un sacerdote.
El signo que el demonio no resiste, es la Cruz de Cristo.
El padre Gabriel Amorth, llevaba consigo la Cruz de San Benito y la usaba en todos los exorcismos que practicaba.
La cruz nos protege del mal que anda siempre amenazando y tentando a los hijos de Dios.
4,3_ LA SEÑAL DE LA SANTA CRUZ
La señal de la cruz es un signo de pertenencia a Cristo nuestro Salvador, al hacer la señal de la cruz sobre nosotros mismos reconocemos y recordamos que estamos bautizados y que pertenecemos a Jesús.
Durante la eucaristía realizamos la señal de la cruz sobre nosotros al comienzo de la celebración nos signamos con una cruz desde la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo al derecho.
Antes de la lectura del Evangelio nos signamos y realizamos una triple Cruz en la frente en la boca y en el pecho,para escuchar la Palabra de Dios, la lectura del Santo Evangelio.
Al finalizar la celebración cuando el sacerdote nos da la bendición inclinamos levemente la cabeza y nos volvemos a santiguar. Al signarnos antes de escuchar el evangelio acogemos con la mente anunciamos con los labios y conservamos en el corazón el tesoro de la Palabra de Dios.
Este acto tiene una profunda raíz en el Antiguo Testamento cuando el pueblo de Israel recita la oración, ” “Shema Israel’ “Ecucha Israel”… Oración que Dios pide a Su pueblo desde el principio.
Por lo que al hacer este gesto de signarnos en la misa, no es sólo un gesto, sino que es una oración muy profunda que nos habla de la Palabra de Dios y de Nuestro Señor Jesucristo y cuando escuchamos el Evangelio, Jesús toca a las puertas de nuestro corazón, y si le abrirnos esa puerta al Señor, permitimos que Su Palabra entre en nosotros y la hagamos vida, para después poder difundir su Reino de AMOR.
La señal de la cruz nos muestra la Trinidad Santísima, en representación del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, un Dios que existe en tres personas distintas y que a su vez son una sola.
Hagamos la señal de la cruz para bendecirnos, para bendecir a nuestros hijos, para bendecir nuestros alimentos, para bendecir nuestras medicinas… porque con ella alejamos el mal.
Por tanto hacer la señal de la cruz debe ser un acto de devoción y máximo respeto y no hacerla de cualquier forma.
EL CRUCIFIJO DEL PERDÓN. INDULGENCIADO POR EL PAPA SAN PÍO X
El Crucifijo del Perdón es un poderoso Sacramental que nos anima a meditar la Pasión de Nuestro Señor y de la Virgen Dolorosa; es precisamente por esa unión con los padecimientos de Jesús y María, que este Crucifijo, si lo veneramos adecuadamente, nos puede alcanzar numerosas indulgencias.
En el frente del Crucifijo de Perdón, sobre el cuerpo, están las palabras “Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum”, “Jesús de Nazaret, rey de los judíos”.
En la parte posterior de la Cruz aparece la imagen del Sagrado Corazón y dos inscripciones: la primera en la porción horizontal es la oración de perdón que le da a este Crucifijo su nombre, “Padre, perdónalos”. En la parte vertical de la parte posterior están las palabras que Jesús pronunció a Santa Margarita María en 1675, “He aquí este corazón que tanto ha amado a los hombres”. Al pie de la Cruz, también en la parte posterior, se encuentra el anagrama de María Nuestra Señora.
Indulgencias concedidas por el Papa San Pío X
a todos aquellos que usen el Crucifijo del Perdón.
Roma, 1 de Junio de 1905
PARA LUCRAR LAS INDULGENCIAS un ES NECESARIO
que este Crucifijo ESTÉ BENDECIDO por un SACERDOTE
1. Cualquiera que lleve en su persona el Crucifijo del Perdón, ganará 300 días de indulgencia cada día.
2. Cada vez que se bese con devoción este Crucifijo, obtendrá 100 días de indulgencia.
3. Cualquiera que diga las siguientes invocaciones ante el Crucifijo, puede ganar cada vez una indulgencia de 7 años y 7 cuarentenas: “Padrenuestro que estás en los Cielos, perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores” / “Ruego a la Bienaventurada Virgen María, que interceda por mí ante Dios Nuestro Señor”.
4. Cualquiera que sea habitualmente devoto a este Crucifijo y cumpla las condiciones necesarias de los Sacramentos de Confesión y Comunión, pueden ganar una Indulgencia Plenaria en las siguientes festividades: Festividad de las Cinco Llagas de Nuestro Señor Jesucristo (Aunque esta fiesta no se celebra en toda la Iglesia, el Oficio y la Misa están considerados en el apéndice del Breviario y el Misal);
Festividad de la Exaltación de la Santa Cruz (13 de Septiembre);
Festividad de la Santa Cruz (3 de Mayo);
Festividad de la Inmaculada Concepción (8 de Diciembre);
Festividad de los Siete Dolores de la Santa Virgen María (15 de Septiembre).
5. Cualquiera que en el momento de su muerte, fortificado con los Sacramentos de la Iglesia, o contrito de corazón, o en la suposición de ser incapaz de recibirlos, besando este crucifijo y pidiéndole perdón a Dios por sus pecados y el de sus semejantes, puede ganar una Indulgencia Plenaria.
El 14 de Noviembre de 1905, Su Santidad, Papa Pío X concedió que las indulgencias obtenidas por medio del Crucifijo del Perdón, fuesen aplicables a las Benditas Almas del Purgatorio.