Jago Goodman
Observando las urgencias que los viejos pastores masones y sodomitas se están tomando últimamente; Amazonía, Instituto Juan Pablo II, demolición de grupos y órdenes religiosas respetuosas con la tradición, etc., va a ser verdad que han tomado consciencia de su futuro en la Santa Iglesia Católica, la extinción. No lo dude querido lector, el modernismo en la Iglesia camina sin vacilar hacia su extinción, de victoria en victoria hasta la derrota final. Para ilustrar esto, paso a relatar algunas de las causas más evidentes.
1º El Concilio Vaticano II les salió fatal. Todos los desmadres que se permitieron y se permiten, lo eran en principio para aumentar el número de católicos “modernos”, mundanos y así afianzar sus posiciones; pero hete aquí que no se lo compró nadie. Eran tan listos y conocían tan bien las necesidades “del pueblo” que este consideró vacías e incoherentes sus propuestas y se largaron por millones. ¿Quién se quedó? Sobre todo los cristianos con una formación más sólida o tradicional que por encima de la horterada pastoral soportaron y soportan con paciencia los defectos del prójimo. ¡Y porque no quitaron la obligación de asistir el domingo a Misa! si la asistencia fuese voluntaria, habría tantas personas en Misa como en los confesionarios.
2º La artrosis. Son peligrosos pero viejos, muy viejos. Quieren morir matando, pero por muchos pactos que hagan con el diablo, las leyes de la Biología que nos legó el Creador son implacables y en los próximos 20-30 años habrán muerto todos. Quedarán de esa cuerda aquellos que encontraron refugio para sus tendencias homosexuales u otros, que siempre los ha habido, del “modus vivendi”. Todos sustentados ahora desde arriba, sostenidos desde la estructura jerárquica, pero sin comunidad de fieles comprometida que los apoye, condenados a la irrelevancia cuando las momias guitarreras palmen.
3º Los seminarios. Los seminarios modernistas han cerrado a decenas y no paran de prosperar los de inspiración tradicional, sólo la Federación Sacerdotal San Pedro tiene unos 200 seminaristas en 2 seminarios, muchos más que en todos los seminarios modernistas de España. Parece que los jóvenes no están interesados en seguir verdades relativas con los costes del Sacramento del Orden. Por eso el progrerío clerical quiere dejar establecido que los curas se casen, creen que así podrán revitalizar los seminarios modernistas. Craso error, no les ha funcionado a los protestantes y no les va a funcionar a ellos.
4º Internet. Ahora ya no pueden tapar sus vergüenzas, esconder sus intenciones, sus escándalos, callar ante los fieles, quitar importancia. El púlpito ha dejado de ser el único canal de comunicación para los católicos. Por otra parte, los movimientos más fieles al Evangelio pueden formar e informar. Ni que decir tiene que es más fácil encontrar sana formación a través de internet que saltando de Iglesia en Iglesia a la búsqueda de un cura “católico”. La información es poder y ahora ha dejado de ser monopolio de algunos clérigos.
Como en la película de Kubric danzan y danzan para sobrevivir, solo que a estos la muerte les llegará bailando. Y Dios es misericordioso, Dios es amor.
“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, aquél es el que me ama; y el que me ama, será amado de mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él” (Jn.14,21).
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Efectivamente, están en la cúpula vaticana y episcopal muchos de los frutos amargos del Concilio.
Pero la Santa Iglesia Católica está por encima de ellos.
Y la Iglesia somos todos los bautizados, y desde el siglo I
El Espíritu “soplará”…y barrerá!
Interesante análisis, aunque olvida lo fundamental: la asistencia del E. Santo, que nunca abandona a su Iglesia.
Muy cierto Don Carlos, sólo pretendía exponer las evidencias que han llevado a los modernistas al apresuramiento, a la huída hacia delante de estos últimos años. Un saludo.