Irina Ednauri Usuga.
Corresponsal Adoración y Liberación – Colombia
La confusión reinante en la iglesia trasciende fronteras; no es la iglesia particular de una ciudad o de una nación; es una niebla de apostasía que se extiende a nivel global y que ha crecido de manera alarmante ante el silencio cómplice de los centinelas que deberían custodiar la sana doctrina, el magisterio y la tradición.
En el libro, “El arte de la guerra”, escrito por el general y estratega militar Sun Tzu; se aborda el tema de la confusión como una estrategia de engaño, para vencer sin confrontación.
Jesús; la sabiduría encarnada, nos advirtió del peligro de esta estrategia. Cito el evangelio de San Marcos 3-24 “Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir“. Tal parece que el enemigo del alma prestó más atención que los mismos discípulos y en esta guerra que se libra, esa, es ahora su principal arma y se ha dejado en el olvido que “Dios no es un Dios de confusión, sino de paz” (I Corintios 14-33)
El ladrón ya entró en el rebaño, y lenta es la agonía de quienes, tratando de permanecer fieles a la doctrina de Nuestro Señor Jesucristo, tenemos que ver y padecer las blasfemias y herejías que se multiplican por doquier, ante el beneplácito de las grandes elites del mundo.
Con que facilidad hoy se cuestiona y señala a quien quiere recibir la comunión de rodillas, a los que piadosamente permanecen horas en los templos adorando a Jesús Eucaristía, a los devotos de María Santísima, a los que se niegan a seguir la corriente hereje que invadió la iglesia. Desde el púlpito se les señala de cismáticos y se les amenaza con la excomunión. Simplemente porque su forma de vivir el evangelio y su testimonio, incomoda a los que viven en las tinieblas.
Ante esta corriente que amenaza con destruir todo a su paso, debemos ser conscientes de que para poder subsistir debemos ante todo buscar la unidad y hago referencia a esa unidad con aquellos que comparten tus creencias, pero sobre todo a la unidad con aquel que nos ha llamado a la Verdad. En el evangelio según San Juan nos dice el Señor: “Yo soy la vid; vosotros lo sarmientos. El que permanece en mí y yo en él; ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada”.
Animados pues en un Espíritu de unidad, caminemos en fidelidad a la voluntad del Padre, resistiendo a todo aquello que se sobreviene, pero con la mirada siempre puesta en Aquel, que nos ha llamado a ser luz del mundo.
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Lo peor es que esta confusión que padecemos genera tibieza o frialdad en los católicos, que sienten la tentación de dejar de ser “levadura”, y la pérdida de credibilidad ante los agnósticos y ateos que no ven una Iglesia asentada sobre firme roca.
Justo hoy una amiga me comentaba que el Obispo de la ciudad no apoyaba la capilla de adoración más antigua del pais, ¡¡poniéndola en entredicho como algo innecesario!! Y todo delante de la grey que con heroísmo mantiene abierta dicha capilla.
Son los lobos pastoreando las ovejas
es una niebla de apostasía que se extiende a nivel global ……excelente definición de la situación actual en la Iglesia.
Y como tal acabará, cuando el Sol imponga su luz, y veremos que tras ella hay un cielo limpio,claro y luminoso.
Me ha gustado,tanto contenido en tan pocas palabras.
Gracias Irina. Tienes mucha razón. Unidad y Verdad no se pueden disociar. Unidad en la ambigüedad, el error y el pecado llevan al infierno, eso sí, muy unidos, al diablo.
Así es. Esa Unidad siempre debe ser en la Verdad. Nunca se puede buscar unidad a espaldas de Ella, o con herejes, claudicando de la Verdad, como hizo y hace el Ecumenismo vaticano II.
Así es
Para Irina.
La Unidad es una de las Notas de la Iglesia, Una Santa Católica y Apostólica.
La Unidad se da en este orden CULTO FE GOBIERNO.
El gobierno es para defender la Fe y el Culto no para destruirlos como hicieron luego del vaticano dos con la liturgia, como la liturgia VEHICULIZA la Doctrina AL DESTRUIR EL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA DESTRUYERON CON ELLO LA UNIDAD y cambiaron la DOCTRINA.
Entienda el que pueda.