“SOMOS TODOS UNA FAMILIA HUMANA: CRISTIANOS, HINDÚES, MUSULMANES”. “Yo jamás intenté convertir a nadie, demuestro sólo el amor, la compasión y el bien que Jesús ha dado en su vida”. Así se expresa el “Hermano Bob”
El Hermano Bob, el misionero en Bangladés que aconseja a los musulmanes a no convertirse
Vicente Montesinos
Así lo cuenta el mismo; el padre Robert Terence McCahill, de 81 años, (conocido como el Hermano Bob) que es misionero de Maryknoll desde hace 43 años.
A un musulmán que le pedía ser cristiano, él le respondió: “Tendrás sólo penas“. Pero aquel insistió: “No has entendido padre, quiero ser cristiano“. El sacerdote una vez más le respondió: “Haciendo eso, tendrás una gran pena“.
Nacido en los EEUU, el p. Robert es conocido por todos con el sobrenombre de Bob Bhai o hermano Bob. En 1964, dos meses después de su ordenación sacerdotal, parte para la misión a Filipinas, donde permanece por 11 años. Posteriormente se traslada de misiones a Bangladesh.
Entre los misionero de Maryknoll, el p. Robert es quién trabaja con los musulmanes. “Inmediatamente después de mi llegada -cuenta- entendí que no quería ser un cura de parroquia. Podía testimoniar más en profundidad a Cristo entre los musulmanes” (a los que pide no convertirse a Cristo)
En relación al fundamentalismo islámico, manifiesta que jamás recibió amenazas. Él sostiene: “Somos todos una familia humana: cristianos, hindúes, musulmanes. Yo jamás intenté convertir a nadie, demuestro sólo el amor, la compasión…”
“Estoy preparado siempre para transferirme a un nuevo distrito”- concluye.
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La conversión verdadera es importante,
-Acércate a Cristo para adorar a Dios, Cristo y Dios es una sola persona, es un solo Dios,
Hay malos pastores que no ayudan a las almas a la conversión, “no te conviertas, no te hagas católico, estás bien así, como estás, ¿y cuál es ese estado?: adulterio, inmoralidad, libertino, sodomita, mundano, ateo, “Dios te ama así, tal como eres, Dios te ha hecho así.
La verdadera familia, son los que han recibido el sacramento del Bautismo, no somos de la estirpe del maligno, porque es Cristo quien nos ha rescatado por medio de este sacramento de vida.
Si una persona se hace sacerdote, y luego, no quiere obedecer a Cristo, porque no quiere tener problemas con los hindues, con los musulmanes, y demás paganos, sí que tiene un problema inmenso, y tendrá que aceptarlo, cuando sea juzgado y reprendido en el juicio. No lo va a pasar nada bien.
Y es que Jesús, según aquella carta de San Pío de Pietrelcina, Jesús se apartó de una multitud de sacerdotes, de tantos cristianos, eran tiempo del comienzo del Concilio Vaticano II, Jesús se alejó muy triste, San Pío lo contó a su director espiritual, y hoy conocemos esas revelaciones. Por lo que creo entender, que el Espíritu de Dios ya no está en el Vaticano, y esto se hace notar cada vez con más fuerza.
Excelente, Jose Luis
Pobre hombre, por su pasado ,por su presente y por su futuro.
Es terrible, sí
Pues cuando se encuentre con San Francisco Javier, la cara que se le va a poner…(si se encuentran, porque este hombre no es que haya enterrado el “talento”, sino que lo ha perdido.)
Dificil encuentro…
Este indiferentismo atroz no es algo nuevo. Viene de Papas anteriores….Hagamos memoria….El Beso del Corán, los encuentros de Asís, el Catecismo agregando la afirmación de que adoramos al mismo Dios de judíos y musulmanes….Ecumenismo conciliar.
Tremendo
O sea que le parece bien la poligamia que los musulmanes practican, los malos tratos como asunto interno de la pareja, la pederastia disfrazada de matrimonio, la violencia contra los cristianos que deriva del corán, etc. etc. Un misionero que ha perdido su vida miserablemente. Para dar a Jesucristo primero hay que conocerlo y amarlo. Este sujeto ni lo conoce ni lo ama. Una vida perdida miserablemente.
Es tristísimo, ciertamente
Este el tipo de misionero perfectamente bergogliano.
San Josemaría Escrivá decía del laico: “misionero, con misión, y no llamarte misionero”. Este que va de misionero no lo es y los que no vamos de ello estamos orgullosos de serlo y de anunciar el evangelio a toda la creación, con ocasión o sin ella, porque, si no, hablarían las piedras.
Amén!