Comulgar en la mano: ¿aberrante traición o negligente desconocimiento?

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Las constantes intervenciones del Cielo, los Santos, los Soberanos Pontífices, los doctores, los Padres de la Iglesia, la Santa Iglesia tradicional categóricamente rechazan la comunión en la mano.

 

 

Vicente Montesinos

 

 

 

 

Asistimos con asombro y preocupación a la mundanización de los ritos y las prácticas en relación a los más sagrado e importante que el mundo tiene: la sagrada Eucaristía. Cristo mismo presente en la Sagrada Hostia.

Estamos viendo las barbaridades que se vienen cometiendo y se cometen en relación a las prohibiciones de comulgar de rodillas y demás aberraciones.

Y otro campo del que quiero hablar es el de la famosa “comunión en la mano”. Campos no tan diferentes, si atendemos a la conveniencia de comulgar de rodillas y en la boca, y a las consideraciones que a continuación quiero hacerles.

Valdría la pena que todas las personas que participan de todas estas formas de comunión, en su extensión, en su promulgación, y en la prohibición de las conductas al respecto adecuadas,  se preocuparan de informarse, leer, documentarse, e intentar ser fieles; antes de haber pasado a permitir la comunión a diestro y siniestro, a perros y a gatos, sin confesión, en pecado público,  en la mano, de pie, y de cualquier manera.

Quizá hay sacerdotes que, arrastrados por la marea imperante, no han tenido a nadie que les cuente ciertas cosas. Y que no recibieron la adecuada formación en los seminarios. Y después no han tenido tiempo, subsumidos en sus tareas pastorales, de leer, investigar, formarse, conocer. Y lo propio digo de los católicos laicos.

 

Porque, me pregunto yo, y me circunscribo en esta ocasión, al asunto de la comunión en la mano, más grave si cabe que el de no comulgar de rodillas. Y a tal efecto les pregunto a ustedes:

 

¿Sabían que el Papa Pablo VI fue presionado por algunos miembros del clero, especialmente en Alemania, Francia u Holanda,  para autorizar la práctica de la comunión en la mano, que se extendió sin ninguna autorización, en una clara actitud abusiva de individualismo?

 

¿Sabían que ante las presiones continuas, la Sagrada Congregación de Ritos otorgó la nueva práctica a Alemania (06-07-68) y a Bélgica (11-07-68), pero que tras las protestas que ello supuso, el Papa suspendió esta concesión el 25 de julio de 1968?

 

¿Sabían que la decisión del Papa no logró detener los abusos, y Pablo VI consideró apropiado llevar a cabo una encuesta mundial entre el Episcopado, a la cual, el 12 de marzo de 1969 habían respondido 2136 Obispos? El resultado fue el siguiente. A la pregunta: “Debemos aceptar el deseo, además del modo tradicional, de autorizar también el rito de recibir la Sagrada Comunión en la mano“. Ellos respondieron:

  • No: 1233 Obispos
  • Sí: 567 Obispos
  • Abstención: 315 obispos
  • Votos inválidos: 21 obispos

 

 

¿Sabían que en los primeros siglos en los que se comulgaba en la mano, existía una idea bastante imperfecta del misterio eucarístico, y que esto dio lugar a muchos abusos y herejías? Porque podemos hablar aquí, entre otros, de los arrianos, los gnósticos, los marcionitas, los docetistas, etc.. Desde los que ofrecían queso y pan en la liturgia; hasta los que solo ofrecían agua en el cáliz, entre otras barbaridades.

 

 

¿Sabían que el manido Concilio Vaticano II no se pronunció sobre la práctica de la Comunión en la mano? La aprobación se produjo después del Concilio, en un período de abuso litúrgico por el que San Juan Pablo II se disculpó en su carta Dominicae Cenae (24-02-80).

 

 

¿Sabían que no hay fundamento bíblico para justificar el rito de la comunión en la mano, además de negarlo? Dios revela el contenido litúrgico en el Antiguo Testamento, del cual Cristo no suprime “ni siquiera una coma”. El Antiguo Testamento es como un cliché que debe desarrollarse en la era cristiana.

El rito de no tocar las cosas sagradas (Num.4,15; II Sam de 6.1 a 9; Jdt 11,13) se convierte en una realidad en el Nuevo Testamento, cuando Cristo dijo a Magdalena (Jn 20,17): ¡NOLI ME TANGERE! (¡No me toques!), y se confirma cuando la Iglesia, habiendo alcanzado la suficiente madurez en la comprensión del Misterio Eucarístico, prohíbe la comunión en la mano. Entonces se cumple el Salmo 81: “Abre tu boca y yo la llenaré” (v.11); en un pasaje donde Dios promete alimentar a sus fieles con “la flor de harina y la miel de la roca” (v.17)

 

 

¿Sabían que no hay fundamento en la Teología Tradicional para justificar la comunión en la mano? ¿Quiere decirme algún obispo o sacerdote que todos los que voy a enumerarles erraban?

Ya San Sixto I, Papa (115-125) prohibió a los laicos tocar los vasos sagrados (Mansi 1,653). Aún más, tuvo que prohibir la comunión en la mano.

En la época de San Justino (100-166), solo los Diáconos dan la Comunión a los fieles (Apología 1,65,5). Este uso lo confirman el Adagio (15,1) y San Ignacio de Antioquía. (107)

El Papa San Eustaquio (275-283) en su “Exhortación a los sacerdotes” decreta que “no se tenga la Pretensión de llevar la Comunión a un enfermo por un Laico o una Mujer” (Latin Patrology, 5,165).

San Basilio (329-379) en la carta del año 372, autoriza la comunión en la mano en situaciones excepcionales, como el caso de persecución (Ep.93, Patrulla. Griegos, 32, 483, 6).

En el Sínodo de Roma en el año 404, celebrado bajo la dirección  del Papa Inocencio I (401-417) se estableció el rito de la Comunión en la lengua (Mansi X, 1205).

El Papa San León I “El Grande” (440-461) recuerda en su “Sermón V” que el Santísimo Sacramento se recibe en la lengua (Patrología latina, 54, 1385).

El Papa San Gregorio “El Grande” (590-604) daba la Comunión en la lengua (“La vida de San Gregorio el Grande” por John Deacon, Latin Patrol, 75, 103).

En el Sínodo de Rouen (649-653), de acuerdo con la regla observada en Roma,  se prohibió recibir la comunión en la mano, y los sacerdotes que no cumplían estas disposiciones eran advertidos por la autoridad (Mansi X, 1199-1200).

En el V Concilio de Constantinopla (680-681) se prohibió  que los fieles tomaran la Comunión. ellos mismos,  bajo pena de excomunión (Mansi XI, 969).

Santo Tomás de Aquino, el “Doctor Angélico” nos dice: “Por respeto a este sacramento (la Eucaristía), nada profano debe entrar en contacto con él. Es por esta razón que no solo las personas sino también el Cáliz están consagrados; y aún más las manos del sacerdote, para tocar este sacramento. De lo cual deducimos que nadie más tiene derecho a tocarlo” (QT III, 82, a, 3).

Es por eso que San Francisco de Asís dice: “Sólo ellos (los sacerdotes) pueden darlo, y no otros“. (Carta 2 a todos los fieles, 35).

Estas prohibiciones son mantenidas por el Concilio de Trento (1445-1563), de carácter dogmático.

Ya San Agustín había advertido: “Sería una locura insolente discutir qué hacer cuando toda la Iglesia Universal ya tiene una práctica establecida …“. (Carta 54, 6, a Jenaro).

El “doctor Supremo,” el Papa Pio XII, 15 siglos después mantuvo la misma posición “debo condenar severamente la imprudencia negligente de quienes introducen intencionadamente nuevas costumbres litúrgicas, que no estén de acuerdo con las leyes y los títulos vigentes “. (Mediador de Dios, 17)

E incluso el “todopoderoso” y “semper mencionado” Vaticano II nos ofrece la doctrina para desacreditar la práctica a la que nos referimos: “Incluso si cada uno de los prelados no posee por sí mismo, la prerrogativa de la infalibilidad, por otro lado, si el todo, incluso diseminados por todo el mundo, manteniendo el vector de comunión entre ellos y el Sucesor de Pedro, únanse en la misma opinión que los auténticos Maestros que exponen como una Doctrina definitiva. En la Fe y las costumbres, en este caso, anuncian infaliblemente la Doctrina de Cristo “(L.G. 5).

Y la mayoría de los Obispos estuvieron de acuerdo en que la comunión en la mano dañaría a la Iglesia. Así es como la tradición y uno de los pilares de la verdadera iglesia se rompió.

 

 

¿Sabían que Cristo está presente en todas y cada una de las  partículas distribuidas de la forma sagrada? Es doctrina invariable de la tradición eclesiástica,  con bases filosóficas y teológicas de los Santos Padres ( Tertuliano, San Anastasio, San Cirilo de Alejandría, San Cirilo de Jerusalén, San Efrén, S. Jerónimo, S. Tomás de Aquino …), pasando por concilios como los de Florencia y Trento, hasta hoy.

Es por ello que en la liturgia actual, se ordena que al recibir la Santa Comunión debemos utilizar la bandeja de comunión: “El que comulga debe responder Amén, y recibe el Sacramento sujeta la bandeja debajo de su boca” (M. Romano, n.117).

¿Pero a quién le importa el destino de las Santas Partículas cuando se comulga en la mano? ¿Saben lo que estamos haciendo? ¿Quién carga con esta terrible culpa?

Y… ¡cuántos sacerdotes han hecho quitar el plato de comunión de los fieles; o nunca lo han usado!

 

¿Sabían que la comunión en la mano contribuye a perder el sentido de lo Sagrado?

Un objeto es sagrado cuando se ha distinguido, separado del uso normal, para dedicarlo exclusivamente a la Adoración divina. En la comunión en la mano, el rito se vuelve más mundano y nos recuerda más a una comida vulgar. Hay una profanación del misterio más importante para la Fe y se vacía de gran parte su contenido. De alguna manera, cuando se trata de Comunión, el rito se degrada: lo “Más Sagrado” se trata como un objeto …

 

¿Sabían que hay documentos que muestran que la masonería, desde el siglo XIX, intentó que los católicos tomaran la Comunión en la mano y se en pie? Los enemigos seculares de la Fe han tenido éxito. ¡Qué ceguera por nuestra parte!

 

¿Sabían que hay iglesias no católicas (sectas) que “comulgan” en la mano pero que no creen en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía?

 

¿Sabían que hay iglesias orientales (unidas o separadas de Roma) según el rito bizantino, para quienes la comunión en la mano está prohibida? Este rito pensado (erróneamente) a los efectos de un enfoque ecuménico sobre el punto anterior, se ha convertido, por tanto, en antiecuménico.

 

¿Sabían que San Papa Juan Pablo II no era partidario de la comunión en la mano? Nos dijo en la carta Dominicae Cenae: “Tocar las especies sagradas, su distribución en sus propias manos, es un privilegio de los ordenados” (24 de febrero de 1980). Y para que nadie pudiera interpretar estas palabras más tarde, frente a las cámaras de televisión francesas, rechazó la comunión en la mano a la esposa del presidente, Giscard D’Estaing. El mismo año declaró en Fulda (Alemania) que no estaba de acuerdo con el documento que autorizaba en este país tal forma de comunión. (Ver Vox Fidei, 10, 1981, Chiesa Viva, 112, Sol de Fátima, 82).

¿Por qué, después de esta fecha, vimos la comunión dada en la mano por San Juan Pablo II? Debido a que fue sometido a una fuerte presión, y pensó que sería un escándalo para los fieles prohibir la comunión en la mano tan fraudulentamente autorizada, o mostrarse en contra de lo que se ya habían acordado por su cuenta esos chuiringuitos heréticos llamados Conferencias Episcopales. Pienso que fue por el mismo motivo que Moisés permitió el divorcio, “por la dureza del corazón de los israelitas” (Mt. 19)

 

¿Sabían que Santa Teresa de Calcuta confesó que el peor mal que hay en el mundo es el rito de la comunión en la mano? (The Wanderer, 23-03-89, The Fatima Crusader, 3º, trim.89).

 

¿Sabían que tras la extensión de esta práctica,  se ha incrementado incalculablemente el número de profanaciones?

 

¿Sabían…? ¿Sabían…? ¿Sabían…?

¿Sí? Entonces, ¿porque incurren; obispos, sacerdotes, fieles… reiteradamente en esta práctica?

¿No? Entonces, ¿porqué no se forman y profundizan antes de llevar a cabo acciones tan imprudentes con temas tan sagrados?

 

Las constantes intervenciones del Cielo, los Santos, los Soberanos Pontífices, los doctores, los Padres de la Iglesia, la Santa Iglesia tradicional categóricamente rechazan la comunión en la mano.

Por lo tanto, sería aconsejable no esconder la cara al amparo de mentiras y falsas buenas razones y, sobre todo, no afirmar erróneamente que es una práctica fundamentalista la de recibir la Sagrada Comunión, en la boca y de rodillas.

Los fundamentalistas son aquellos que se oponen a la tradición secular de la Santa Iglesia en este tema.

Además, y en relación a lo que estos días, y hoy mismo, hemos comentado y les hemos contado; no es de extrañar que después de haber jugueteado uno con el  Santísimo en sus manos, ya no comprenda uno…

… la obligación de adorarlo de rodillas.

… la necesidad de sentirse insignificante ante su Creador.

… la necesidad de reconocer el Misterio de la Cruz actualizado en el Sacramento.

… la necesidad de sentir la llamada a la inmolación, y a una sumisión absoluta, en correlación con el Amor Infinito de Dios humillado en el Sacramento por mi Salvación.

Y tantas otras cosas.

Este no es un tema de gestos, ni es un tema menor.

Es jugar con lo más sagrado.

Les invito a reflexionar.

Y si algún obispo, sacerdote o laico no entiende esto, les ruego se lo den a leer. Quizá no tuvieron la oportunidad de acceder a esta información.

 

 

 

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19 comentarios
  1. Carlos María Bacaicoa Hualde. says

    👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏

    1. adoracionyliberacion says

      Gracias hermano! Dios te bendiga.

  2. Carlos María Bacaicoa Hualde. says

    ?No nos basta que N. S. Jesucristo permita ser alimento del alma, que lo tenemos que tocar con nuestras manos?

    !Cuánta ignorancia entre los hombres de Iglesia y los seglares!

    !Que poca fe tienen!

    1. adoracionyliberacion says

      Así es Carl

    2. adoracionyliberacion says

      Así es Carlos!

    3. H. R. Pacios says

      De hecho, es incoherente comulgar de pie y en la mano tras haber pronunciado las palabras del Centurión: ” Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa. Pero una palabra tuya bastará para sanarme”.
      Ante Jesucristo Nuestro Señor, presente en Cuerpo Santísimo y Sangre Preciosísima en la Eucaristía, toda rodilla se doble.
      Solamente una nota más: los tres pastorcitos de Fátima comulgaron de rodillas y en la boca,como las niñas videntes de Garabandal, de manos de un Ángel y en presencia de Nuestra Señora, nada menos. ¿No es una lección de humildad a imitar ante Aquel para los que no somos más que polvo y barro indignos de estar bajo sus santísimos pies, que nos enaltece por su Infinita Misericordia con nosotros, pecadores e inútiles siervos, y no por nuestros méritos?

  3. Aintzane says

    No hay fundamentalismos que valgso en el amor de Dios. Algunos lo hacen y otros lo permiten por maldad o por esnobismo o por ignorancia y superficialidad o por respetos humanos

    1. H. R. Pacios says

      Cuidado con los complejos que tratan de inocular los de la estirpe de la serpiente satánica a los fieles a Jesucristo. Complejos como los de que:

      Somos unos fundamentalistas. Lo dicen porque quieren que seamos ateos como ellos. Los fundamentalistas satánicos son los ateos, no los que amamos a Jesucristo. Preguntarles en qué año estamos…

      Nos consideran inocentes e ingenuos porque dicen que Dios no existe, que nuestro culto es vano. A esto ni puñetero caso. Los siervos de satanás tratan de sembrar todo tipo de dudas y logran convencer solo a los débiles. Preguntadles en quién creen ellos y destrozarles a placer si tenéis formación… Y veréis como no os lo vuelven a repetir.

      Rezar el Rosario e ir a misa es cosa de mujeres. Ojo porque esto se lo decían ya al Santo Cura de Ars respecto a sus pobres feligreses a comienzos del siglo XIX y aún hay gente que así se lo han inculcado, sumidos en la más absoluta ignorancia y lavado de cerebro. Vaya estupidez satánica. A quien os diga eso responderle que un hombre y una mujer verdaderos, criaturas de Dios, reconocen a su Creador, como un niño o niña reconocen a su padre y a su madre entre un gentío diverso. Preguntarles de quién son criaturas ellos, quién les manipula…

      El intento de acomplejarnos puede ser muy satánico: nos pueden llegar a llamar violadores de niños y pedófilos por los escándalos de los curas homosexuales que, infiltrados en la Iglesia, abusaron de menores para desacreditar a toda la Iglesia. Ojo con esto. Recordad que la 9ª bienaventuranza es la más importante de todas: Bienaventurados seréis cuando os persigan, os calumnien y digan toda clase de mal contra vosotros por Mi nombre. Regocijaos, porque grande será vuestra recompensa en el Reino de los Cielos, porque así persiguieron antes a los profetas…

  4. Aintzane says

    Lo mas terrible es que se han acostumbrado a pisotear y a maltratar las partículas. Muchos no tienen ni idea del Catecismo

    1. adoracionyliberacion says

      Así es. Y esa ignorancia no es excusable

  5. Aintzane says

    Es necesario hablar con total desvergüenza de estos temas

  6. Rafael says

    La única razón que se alega para dar la comunión en la mano es que “así lo hizo Jesús en la Ultima Cena”
    Dato no presente en el Evangelio, o sea, inventado…

    Por el contrario: es costumbre oriental “dar de comer en la boca” a aquellos por quienes se siente especial afecto. Yo lo he visto en casas de libaneses.

    Y lo que sí está en el Evangelio, (lean Jn 13, 26) es que Jesús moja el pan y se lo da a Judas.

    Mojado…¿en la mano o en la boca?
    Discerna usted!

    1. adoracionyliberacion says

      Así es

    2. H. R. Pacios says

      No. Veamos. Solo las manos de un sacerdote pueden tocar las sagradas formas y consagrarlas mediante la transubstanciación. Y los apóstoles lo eran (los primeros sacerdotes), pero nosotros, los no consagrados, no podemos tocarlas sin incurrir en desprecio al Señor. Una cosa es el sacerdote, cuyas manos son en exclusiva para su ministerio al que fue llamado por vocación, y otra los no consagrados, cuyas manos están para trabajar, para los asuntos del mundo, luego son indignas del Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor. ¿Tocaríamos al Señor con las manos llenas de cemento, grasa, suciedad, etc., amándole más que a nada en este mundo? Claro que no.

  7. Rafael says

    Ese “cristianismo adulto” que proclamaron los progresistas durante y después dell Concilio Vaticano II, quiere poner en plano de igualdad al Creador y a la creatura (¿no recuerda esto al Génesis? ) y así ya no se adora a Jesucristo en la Eucaristía, se lo recibe de pie sin reverencia (plan de igualdad) y en las manos no purificadas …y ahora se permite en manos manchadas de adulterio!!!

    Desmitificar y desacralizar, querían los progresistas…lo están consiguiendo!!!

    Respondamos: MIKAEL!!!

    1. adoracionyliberacion says

      Así es Rafael!

    2. H. R. Pacios says

      Claro. Por eso, de rodillas y en la boca siempre, salvo en lecho y en fase terminal o en peligro de muerte. Las personas mayores o que tienen problemas circulatorios o físicos pueden quedar exentos de arrodillarse, pero han de hacer una reverencia siempre.

  8. Isabel says

    Durante todos los primeris tiempos se comulgo cin la mano. Jesus partio el pan, lo repartio entre sus discipulos y dijo: comed, esto es mi Cuerpo….

    1. H. R. Pacios says

      Sí, pero aquellos eran Apóstoles, los primeros sacerdotes que celebrarían la Eucaristía en su labor evangelizadora y formarían a otros sacerdotes en una sucesión hasta la actualidad. La cuestión es que los no consagrados usamos las manos para trabajar en el campo, los talleres, el mar, la construcción, la oficina, etc., para la labor del mundo. Y no es respetuoso tocar las formas salvo por quien se consagra a la vida religiosa. Otra cosa es que uno se tenga por tan santo que crea estar a la altura del mismo Jesucristo o que no crea realmente tenerlo delante cuando va a comulgar (esa fe es muy dudosa). Queremos a Jesucristo más que a nada en la vida, por eso todo respeto y adoración a Él nunca es suficiente, como ninguna buena obra de caridad es nunca suficiente ni ningún sacrificio ofrecido a Dios. Otra cosa es inclinarse ante el Rey, un político o arrodillarse ante otras personas (salvo el propio Jesucristo y la Santísima Virgen María), lo cual es idolatría satánica insultante en grado sumo al Señor, pues Él mismo nos advirtió que el que ama más a su padre, su madre, su hermano o hermana, sus hijos o esposa más que a Él, no es digno de Él. Me parece suficientemente esclarecedor ese pasaje de los Evangelios.

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