ADORACIÓN Y LIBERACIÓN ACCEDE A LA LAMENTABLE CARTA DEL EPISCOPADO ARGENTINO A BERGOGLIO

San Pablo va mejor con lo que tendrá que aguantar e pueblo fiel.

Gracias Aintzane. La traducción de google no afina mucho, pero se entiende bastante.

“Es por eso que creemos en Viganò”
Guardado en: Blog por Aldo Maria Valli
El arzobispo Carlo Maria Viganò es un hombre íntegro que cultiva un “amor sincero por la Iglesia”, al que prestó servicio con “dedicación desinteresada”. Palabra del arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone, que escribió en una carta a los fieles de su diócesis después de la publicación del monumento a Monseñor Viganò.
“Conocí bien al Arzobispo Viganò durante los años que sirvió como nuncio apostólico aquí en los Estados Unidos”, escribe Cordileone. “Puedo dar fe de que llevó a cabo su misión con dedicación altruista, que cumplió el mandato petrino que le había confiado el Santo Padre para confirmar a sus hermanos en la fe y que lo hizo con gran sacrificio personal, sin ninguna consideración motivada para promover su carrera. Todo esto habla de su integridad y de su amor sincero por la Iglesia “.
“Además, continúa Cordileone, aunque no tengo información privilegiada sobre la situación del Arzobispo McCarrick, de la información que tengo sobre muy pocas otras declaraciones emitidas por el Arzobispo Viganò, puedo confirmar que son ciertas. Sus declaraciones, por lo tanto, deben tomarse en serio. Dejarlos a la ligera daría continuidad a una cultura de negación y ofuscación. Obviamente, se debe llevar a cabo una investigación formal, completa y objetiva para validar sus declaraciones en detalle “.
Pero Cordileone no es el único obispo de los EE. UU. Que se posiciona a favor de Viganò y su memorial. De hecho, también hay una declaración del obispo de Phoenix, en Arizona, Thomas J. Olmsted, que define a Viganò como “un hombre sincero”.
“A pesar de que tiene conocimiento de la información revelada en su testimonio escrito de 22 de agosto de 2018 y, por lo tanto, no es posible para mí para comprobar personalmente las declaraciones, siempre he conocido y respetado como un hombre de verdad, la fe y la integridad”, escribe el Obispo . Es por eso que Olmsted cree que el reciente testimonio de Viganò debe tomarse en serio.
“Muchas personas inocentes han sido gravemente dañadas por religiosos como el arzobispo McCarrick”, concluye Olmsted. “Quienquiera que haya ocultado estas vergonzosas obras debe ser traído a la luz del día”.
La declaración de Olmsted también es significativo debido a que el actual obispo de Phoenix sabe Viganò durante muchos años, desde 1979, en los días en Olmsted entró al servicio de la Secretaría de Estado.
Las acusaciones “creíbles” contenidos en la memoria de Viganò también habla el obispo Joseph Edward Strickland, Obispo de Tyler, Texas, mientras que el obispo de Tuzla, David Austin Konderla, en un tweet dice: “Los cargos que [Viganò, ed] detalladas constituyen un buen punto de partida para las investigaciones, que deben llevarse a cabo para poder restaurar la santidad y la responsabilidad en la jerarquía de la Iglesia “.
Importante que el apoyo expresado al arzobispo Viganò ex primer consejero de la nunciatura apostólica en Washington, Jean-François Lantheaume, según el cual ‘Viganò dijo la verdad. Esto es todo ».
Incluso el arzobispo de Filadelfia, Charles J. Chaput, al tiempo que declaró “no estar al tanto” de los elementos que le permitirían juzgar el grado de veracidad de las declaraciones de Viganò, ha seguido dando a conocer su juicio positivo sobre el trabajo de ex nuncio, “caracterizado por la integridad hacia la Iglesia”.
Como ya hemos mencionado, la estima por Viganò fue expresada sin ambigüedades por el obispo de Madison, Robert Morlino, quien definió las afirmaciones del arzobispo italiano como “reales y concretas”.
No hay que olvidar el apoyo expresado inmediatamente en Viganò por el cardenal Raymond Burke y el obispo Athanasius Schneider de Astana.
Y ahora el juicio de George Weigel, que enseña Centro de Ética y Política Pública en Washington, así como el famoso biógrafo de San Juan Pablo II (el suyo es el éxito de ventas en todo el mundo Testigo de Esperanza ), según el cual Viganò ha demostrado valor, la honestidad y la lealtad hacia la Iglesia y el papado.
Weigel escribe sobre First Things(https://www.firstthings.com/web-exclusives/2018/08/why-we-stay-and-the-vigan-testimony): “Inmediatamente después de la publicación de la Memoria, la controversia dentro de la Iglesia Inmediatamente se intensifican, rebotando a través de los medios. En este ambiente febril es virtualmente imposible que alguien diga algo sin levantar sospechas y acusaciones. Pero ya que sabía bien que el arzobispo Viganò durante su servicio como representante diplomático papal en Washington, me siento obligado a hablar de él, así que espero que pueda ayudar a otros a pensar cuidadosamente acerca de sus declaraciones muy, muy graves ” .
“En primer lugar, el arzobispo Viganò es un reformador valiente, que fue despedido del Vaticano por sus superiores porque demostró decidido a hacer frente a la corrupción financiera en la gobernación, la administración de la Ciudad del Vaticano.”
En segundo lugar, continúa Weigel, “el arzobispo Viganò es, sobre la base de mi experiencia, un hombre honesto”. De hecho, “muchas veces hemos hablado de muchas cosas, grandes y pequeñas, y nunca me dio la impresión de que me iban a decir algo diferente de lo que en conciencia cree que es la verdad.”
“Esto no significa, continúa el profesor Weigel, que haya hecho todo bien; un hombre de humildad y de oración, sería el primero en admitirlo. Pero sugiere que los intentos de retratarlo como alguien que deliberadamente hace acusaciones falsas, alguien que no es testigo honesto de lo que él cree que es la verdad, no son convincentes. Cuando dice en su testimonio que está “listo para apoyar [estos cargos] bajo juramento llamando a Dios como testigo”, habla en serio. El arzobispo Viganò sabe que si diera tal juramento, si dijera algo falso, perdería su alma “.
Finalmente, no debemos olvidar, escribe Weigel, que el arzobispo Viganò es un eclesiástico leal que pertenece a una generación educada para ponerse al servicio del Papa. “Su formación en el servicio diplomático pontificio instintivamente lo lleva a hacer de la defensa del Papa su primera, segunda, tercera y centésima prioridad”. Entonces, si ahora cree que dar este testimonio es la mejor manera de defender a la Iglesia y al Papa, significa que realmente tiene razones muy serias para hacerlo.
“Lo que el Arzobispo Viganò declara saber sobre la base de experiencias directas, personales y en muchos casos documentables, en Roma y Washington, merece ser tomado en serio, no rechazado perentoriamente o ignorado. Evidentemente, el cardenal Daniel DiNardo, presidente de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, está de acuerdo, como lo aclara su declaración del 27 de agosto. Este es otro paso hacia la purificación y la reforma que necesitamos “.
De George Weigel, en un artículo para el Wall Street Journal ( una crisis, pero no de la fe , una crisis, pero no de la fe ) que llega el análisis a una escala más amplia en cuando se cruzan por la Iglesia Católica.
Durante la Misa, dice Weigel, los católicos afirman creer en la Iglesia “una, santa, católica y apostólica”, pero ciertamente durante algunos meses un buen número de fieles, especialmente en los Estados Unidos, se cuestionan acerca de ese adjetivo “santo” . Lo que hemos visto en Chile, Honduras, Irlanda, Gran Bretaña, Australia y Estados Unidos, sin contar las polémicas en Roma, nos hace preguntarnos: ¿dónde está la santidad en todo esto?
No es de extrañar, entonces, si hay una crisis de rechazo en alguien. Sin embargo, observa Weigel, estaríamos equivocados si hablamos de una crisis de fe. “La Iglesia Católica es una institución tan grande, fascinante, compleja y legendaria, y la vida católica está tan centrada en instituciones como parroquias, escuelas y hospitales que es fácil para los católicos serios perder de vista algo bastante simple: los católicos no van y no deben ir a la misa dominical porque admiran al Papa del momento, a su obispo local o a su pastor. Los católicos van a Misa el domingo para escuchar lo que creemos que es la Palabra de Dios en la Escritura y para entrar en lo que creemos que es la comunión con Dios a través de Jesucristo “.
En resumen, como podemos compartir “enojo y disgusto por lo que ha surgido en los últimos meses”, Weigel sugiere a aquellos que asumen una crisis de fe que piensen que nos enfrentamos a algo diferente: “Un desafío para comprender qué es realmente la Iglesia “.
La Iglesia está fundada en Jesucristo, y de esta base se deriva la confianza en ella y en sus instituciones. Cuando esta confianza se rompe, como ha sucedido tantas veces en el transcurso de dos milenios, “es importante volver a centrarse en lo que es la base de la fe católica, la fe en Jesucristo”.
Esta es la razón, escribe Weigel, que está en la raíz de ser católico en la Iglesia. La razón que lleva “a hacer todo lo posible para que la Iglesia pueda ser un testimonio creíble del Señor que ofrece la comunión con Dios y las palabras de la vida eterna”.
Weigel recuerda que quince años estuvo muy impresionado por un par de jóvenes campesinos que, mientras firmaba copias de su libro, le dijeron que al leer su descripción de la corrupción eclesiástica, incluso cuando él era el centro de atención, los había empujado a entrar. , después de dos años de indecisión, en la Iglesia Católica. ¿Pero cómo, respondió el escritor, ahora mismo? Y respondieron: una Iglesia que tiene éxito en ser honesta, admitir lo que está mal en ella, sin duda debe fundarse en la verdad y en Jesucristo.
Por lo tanto, no es una crisis de fe, sino una oportunidad para reflexionar sobre lo que realmente es la Iglesia. Y es por eso que aquellos que creen en la guía providencial de Dios deben preguntarse seriamente: ¿por qué están sucediendo estas cosas horribles y qué deberíamos hacer al respecto?
“Mi respuesta, inspirada en parte por los agricultores de Indiana en 2003, es que la Iglesia está llamada a una gran purificación a través de una fidelidad mucho más radical a Cristo, a la enseñanza católica y a la misión católica. Los obispos que fallaron en sus responsabilidades como maestros, pastores y administradores generalmente lo hicieron porque pusieron el mantenimiento institucional antes de la misión evangélica. Dejar el mecanismo institucional católico para proceder lo más suavemente posible, si es necesario comprometiendo la verdad y la disciplina, se consideró más importante que ofrecer a los demás el regalo recibido: la amistad con Jesucristo ».
Todo este catolicismo, que vive bajo la bandera del “mantenimiento institucional”, dice Weigel, “ahora debe terminar”. Porque “hay poca santidad”.
La reforma que la Iglesia necesita, por lo tanto, será implementada por los verdaderos fieles, por aquellos que, aunque estimulados a protestar por la situación de la Iglesia, “no han sido sacudidos en su fe”. De estos rangos son parte de obispos, sacerdotes, laicos, hombres, mujeres, todos unidos por el hecho de que no se conforma con esa forma de llamada de mantenimiento institucional Obstruccionismo [filibustero, darle vueltas al asunto], si se trata de su obispo local en los Estados Unidos o en Roma ».
“Afortunadamente – concluye Weigel – estos católicos existen y hay muchos. Y este es su momento “.
Aldo Maria Valli

https://www.aldomariavalli.it/2018/08/30/ecco-perche-crediamo-a-vigano/

“Luego llegaron las otras vírgenes diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Pero él les respondió: En verdad os digo que no os conozco. Vigilad, pues, porque no sabéis el día ni la hora” (Mt).

El evangelio de hoy es el mayor sopapo a la misericorditis barata que se nos quiere vender por Bergoglio y sus adláteres corrompidos. Estas palabras no las pronunció un cualquiera, sino Jesucristo, Dios y Hombre verdadero. Como no encajan en la misericorditis serán objeto del oportuno recorte. La misericorditis es especialista en recortes y mutilaciones, con un descaro demoníaco.

Specola inmenso. Sugiero la más cordial y entusiasta felicitación por AYL.

En un primer momento se quiso cerrar el caso Viganò muy a la “Vaticana”. El Papa Francisco decide no decir ni una palabra y no existe el más mínimo comunicado oficial. Se intenta hacer ver que es una cosa sin entidad y dejarla morir. Basta ver los primeros artículos aparecidos en la páginas para oficiales y las primeras reacciones.

El silencio inicial se ha convertido en clamor universal. Recogemos una parte de las noticias aparecidas que son muchísimas. En Italia se están resucitando algunos temas como el de los monaguillos de San Pedro que siguen en el limbo y que a nadie parecen importar a pasar de las gravísimas acusaciones. Este caso y otros muchos hacen ver a todo el mundo que hacer no se ha hecho nada.

El silencio lleno de preocupación de los defensores del Papa Francisco es otro dato increíble. Salvo algunas manifestaciones genéricas de respaldo al pontífice, que ni de lejos entran en el problema, nada serio se ha dicho. Las defensas de algunos de los afectados no hacen otra cosa que complicar más su posición con descalificaciones a las personas que no hacen otra cosa que su trabajo.

Los medios oficiosos hacen largos y razonados artículos cocinados en la Secretaria de Estado que intentan salvar la situación. La desesperación se corta y los grupos de trabajo interno multiplican sus reuniones. Los encargados de bloquear la implicación del Vaticano en los tribunales americanos dan su batalla por perdida. Viganò es un alto cargo Vaticano que ha trabajado en estados Unidos y que ofrece su testimonio de hechos penales gravísimos, lo peor que podía suceder ha sucedido. La estrategia ahora da un cambio radical y se da por hecho que hasta el Papa Francisco y el Papa Benedicto pueden ser llamados a declarar.

Un nuevo dato entra el juego y se hace referencia al informe Herranz. En torno a cuarenta personas son llamadas a declarar ante la comisión de tres cardenales creada en los tiempos de la renuncia de Papa Benedicto. Es el famoso informe que pasa de papa a papa directamente y sin intermediarios. El contenido es por ahora secreto pero ya Viganò ha insinuado que puede hacer pública su declaración. Los tres cardenales que formaban parte de esta comisión parece que también sabían de gravísimos delitos y han mantenido el más absoluto silencio de oficio.

Son muchos los sacerdotes y obispos que están siguiendo con preocupación lo que está sucediendo estos días y esperan a que todo se aclare, confiar en la Divina Providencia es justo y necesario pero la Divina Providencia creemos que también confía en que hagamos algo nosotros. La tensión en la curias y en las parroquias es terrible. Los defensores del Papa Francisco titubean y empiezan a marcar distancias y los detractores piden luz sobre todo esto. La Iglesia no puede funcionar con mecanismos propios de una secta y cuanto antes se aclare toda está confusión mejor para todos. Nos parece exagerado hablar de cisma pero cabreo lo hay y no poco.

A los religiosos y eclesiásticos se les puede amenazar y hacer callar. A los laicos es imposible. Son muchos los que simplemente abandonan, basta ver las iglesia tan vacías que nuestra vieja Europa y esto se está extendiendo a los Estados Unidos. Pero son muchos los que están dispuestos a que no les robe su fe y a que no les obliguen a irse se “su iglesia”. El descrédito de los obispos es enorme y ya nadie les cree cuando repiten como un mantra: “yo no sabía nada”. En Mexíco lo de Maciel lo sabían hasta en el último pueblo.

Estados Unidos no es Chile y mandar a dos curiales a llorar por las montañas diciendo que el papa se ha equivocado no tiene mucho sentido. El llamar a Roma a los obispos americanos y pedirles que renuncien todos no es viable y además estos no se iban a callar como los chilenos que están viviendo una situación de continuo martirio.

En medio de todo este silencio oficial la bola sigue creciendo y decir que está dando la vuelta al mundo es poco. Los informativos de máxima audiencia han tratado todo esto como noticia estrella. La crisis infinita que estamos viviendo parece que continuará y que, al menos por ahora, no vemos que se estén tomando decisiones que lleven a su solución razonable.

En tiempos tan complicados como estos nuestros un joven escucho estas palabras: «Ve Francisco y repara mi Iglesia, que como ves se está cayendo a pedazos». Los caminos de Dios son otros y seguro que ya está actuando donde menos lo podemos imaginar.

“Él os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan de qué acusaros en el día de Jesucristo, Señor nuestro.”