Adoración y Liberación muestra todo su apoyo al Padre Mark Morris; y exige a la Universidad de Glasgow Caledonian que rectifique.

Vicente Montesinos

 

 

 

El padre Mark Morris, capellán católico de la Universidad de Glasgow Caledonian (Escocia) ha sido destituido de su Ministerio con los estudiantes de dicha Universidad después de que anunciara un “rosario de reparación por la grave ofensa a Dios que es el Pride Glasgow” (desfile del Orgullo Gay en Glasgow), a celebrar en la Iglesia Inmaculado Corazón de María en Balornock, parroquia de Morris.

Inmediatamente después de dicha convocatoria, comenzaron las quejas del lobby lgtb, se eliminó el anuncio en internet sobre este rosario de reparación, y la Universidad mencionada decidió prescindir sin más explicaciones de los servicios del Capellán, instándole a que no vuelva a aparecer por dicha Universidad en septiembre.

Con todo descaro, la directora de la Universidad de Glasgow Caledonian, Pamela Gillies, ha declarado que  «tras la debida consulta, el padre Mark Morris no volverá a su puesto de capellanía en la Universidad en septiembre. La Universidad trabajará con la Arquidiócesis de Glasgow para garantizar la provisión continua de apoyo de capellanía para los estudiantes y el personal de nuestro Centro de Fe y Creencias cuando comience el nuevo período».

Esto es más de lo mismo: una obra buena de un sacerdote fiel; una queja inmediata del Mundo; una injusticia rápida contra dicho sacerdote fiel; y silencio de la Iglesia, local y Romana. Y punto.

Pero este asunto ofrece algunas novedades: además de no ser común que un sacerdote que trabaje con jóvenes sea tan valiente como para atreverse a hacer nada más y nada menos que lo que la doctrina católica sana, la tradición, las sagradas escrituras y el Magisterio bimilenario ordenan; y no lo que ordena el Mundo, con el que tratamos de congraciarnos continuamente; tampoco es común la inmediata respuesta de los propios católicos, especialmente de los propios jóvenes.

Y es que la injusta y sectaria destitución del Padre Morris ha generado una ola de protestas sin precedentes entre los estudiantes católicos, que  se han indignado al ver destituido a su capellán.

En una declaración  publicitada en las redes sociales, han manifestado:  «La comunidad católica de la GCU desea expresar nuestro pleno apoyo y solidaridad con el padre Mark Morris en este momento. Él es un sacerdote fiel que ha servido a nuestra comunidad con alegría, dignidad y una cara sonriente desde hace muchos años. Estamos muy decepcionados de que la universidad haya decidido despedir al padre Morris. Es francamente aborrecible que un sacerdote católico sea despedido de su puesto como capellán católico por la mera reafirmación de las enseñanzas de la fe católica».

Así pues, vemos con que claridad estos jóvenes ven la realidad: expulsado por reafirmar las enseñanzas de la fe católica.

Y no se han conformad con mostrar su apoyo al Capellán, sino que han publicado  su propia crítica del Pride Glasgow: «La Iglesia es muy clara en cuanto a que cualquier acto sexual cometido fuera del contexto del matrimonio es pecaminoso», escribieron. «Naturalmente, se esperaría que la Iglesia no se alineara con un movimiento como el de un “Orgullo”, que promueve la promiscuidad sexual y celebra los actos sexuales extramatrimoniales que se consideran gravemente pecaminosos».

Han recordado además que que su capellán ha dejado en claro en varias ocasiones que las personas que sienten atracción por otras del mismo sexo son llamadas a una vida de castidad, y que eso no significaba que no fueran bienvenidas a la capellanía o que «no habían alcanzado el amor de Dios».

«Cualquiera que conozca al p. Morris sabrá que tiene mucho cuidado de ser sincero, pero también caritativo. Él es muy querido por los estudiantes y pasa mucho tiempo con las personas sin hogar, proporcionándoles comida y prestándoles atención», escribieron.

Por otra parte han remarcado como el acto de reparación estaba organizado para la Parroquia del Padre Morris, y como los medios se han centrado en su papel de Capellán de la Universidad, de la que este acto era independiente, y la propia institución no ha tardado ni un día en expulsarlo sin complejos.

Más de lo mismo. Evidentemente, la expulsión de la GCU del Padre Morris para complacer al lobby LGTBI es otro paso en el camino para la expulsión de Dios y de la moralidad de la sociedad, conforme a los planes del NOM.

Unos planes ante los que la Iglesia Católica calla; se hace la sueca ante el maltrato a un hijo suyo sacerdote fiel; y sigue dando puestos de honor a activistas gays como el padre James Martin, que va a ser la estrella de ese engendro que ya se vislumbra: el Encuentro Mundial de las Familias de Dublin.

En Adoración y Liberación nos sentimos orgullosos del Padre Morris, y de que existan aún capellanes así, que condenen el pecado para hacer actos de reparación y salvar al pecador.

Nos congratulamos enormemente de que tantos estudiantes católicos hayan salido en su defensa, a diferencia de la jerarquía actual, vergonzante una vez más,  aliada con el pensamiento único para perseguir a los católicos.

Y desde aquí transmitimos al Padre Morris todo nuestro apoyo y agradecimiento y exigimos a la Universidad de Glasgow Caledonian que rectifique, y repare la ofensa contra un capellán católico eliminado para dejar paso a la misericorditis, esa falsificación de la misericordia auspiciada por Bergoglio que solo conduce a un lugar: el infierno. 

 

 

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