¡Torquemada; Dios nos hizo para ser felices!

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Vicente Montesinos

 

Torquemada 16

 

Estamos en Cuaresma. Sabemos que prácticas hemos de realizar para vivirla como corresponde, y que aspectos hemos de cultivar de forma especial. Pero cada vez más pareciera que los católicos dispuestos a seguir este esquema nadan contra corriente.

Cabe recordar que hace escasos 50 años, el ayuno y la abstinencia se practicaba los viernes y los sábados de todas las semanas; más todos los días de Cuaresma. A ello se sumaba el Triduo Pascual, diversas vigilias (Pentecostés, San Pedro, Navidad…), además de las témporas.

Hoy nos parece testimonial y medio lúdico esto de “los viernes de Cuaresma no comer carne“; y el ayuno del Miércoles de Ceniza y del Viernes Santo nos resulta algo estrambótico, reservado a los más “antiguos”. Además, la explicación al asunto de gran parte de los sacerdotes es la de: “Bueno, no comer carne es un símbolo, en verdad ayunar significa ayunar de palabras hirientes….“, y demás consignas estereotipadas en la modernidad.

Pero lo que se esconde tras todo esto no es más que el progresivo viraje desde la religión católica hacia la religión humanista, mundial, light y vacía de toda sobrenaturalidad.

Lo del ayuno… ¡Eso es cosa de antes, y de mentes rígidas! Antes… Antes el trabajo era cien por cien físico, se iba al campo de sol a sol, y las actuales comodidades no existían… Sin embargo hoy, y con nuestra plácida vida, esas disciplinas, imbuidos como estamos de este mantra relativista, hasta nos parecen ya barbaridades.

El “nuevo paradigma” disminuye nuestro fervor, y con ello nuestra capacidad de sacrificio; y sin sacrificio, la salvación se aleja inexorablemente, ya que el sacrificio ofrecido a Nuestro Señor convierte en sobrenatural algo tan humano como es el dolor.

Ahora es cuando el cura progre me dice: ¡Torquemada, Dios nos hizo para ser felices! Claro. Claro que sí. Pero para serlo hemos de encaminarnos al fin para el que Él nos creó, para de esta forma, salvar nuestra alma. Todo lo que de ahí se escapa, es un obstáculo para nuestra salvación.

Permitidme recordaros que es doctrina tradicional en la espiritualidad cristiana que el arrepentimiento incluye la penitencia, sin la cual al cristiano le es difícil permanecer en el camino angosto y ser salvado. Cristo mismo dijo a sus discípulos que ayunaran una vez que Él partiera. La ley general de la penitencia, por lo tanto, es parte de la ley de Dios para el hombre. La Iglesia Católica, con su autoridad recibida del Salvador, ha especificado ciertas formas de penitencia, para asegurarse que los católicos, de alguna manera, realicen esta práctica, como lo requiere la ley divina, y así hacerles más fácil el cumplir con esta obligación.

Con todo el cariño… Torquemada (del que por cierto, otro día hablaremos, sin tanto mito ni corrección política… si nos dejan…)

 

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